AROMATIZE SU NEGOCIO

Las empresas cada vez estan mas preocupadas por desarrollar estrategias que realmente impacten al público objetivo. El Sense Marketing o marketing sensorialconsiste en técnicas centradas en provocar en el usuario una experiencia única percibida a través de los sentidos  que le mueva a consumir productos o a incrementar el conocimiento de una marca, por lo que los cinco sentidos olfato, vista, tacto, oido y gusto pueden determinar definir un comportamiento de compra.

Sin embargo toda la estrategia  deberá estar integrada para que tenga éxito, por ejemplo si se desarrolla un sense marketing en una agencia de autos, el olor deberá ser acorde con los colores y la musica que se decidan utilizar, todo ésto analizando los gustos y caracteristicas del mercado objetivo; es muy importante la integración sensorial, de lo contrario los efectos en la audiencia pueden ser contraproducentes, ya que  puede crear confusión y lejos de mejorar la percepción tendría resultados negativos, un antimarketing.
Fragancias que seducen los sentidos
Imagina que con el cambio de temporada te das cuenta de que necesitas unos zapatos. Vas a una tienda de calzado y lo primero que percibes al entrar no es la música o los productos. Es el olor. Un aroma dulce que te recuerda a fresas. Una fragancia que te indica la llegada de la primavera. No compras nada, pero vuelves a la siguiente semana, porque te acuerdas de “esta tienda que olía tan bien y que tenía zapatos muy bonitos”. Esto es un ejemplo de lo que se puede conseguir con el marketing olfativo.

Definimos este nuevo concepto como un tipo de marketing en el que los olores son los protagonistas.
El olfato es uno de los sentidos que más influyen en nuestro estado de ánimo. Por ello, algunas marcas ya están apostando por la introducción de aromas determinados en sus productos o establecimientos, que aporten un valor añadido.

De esta forma, la fragancia sorprende al consumidor, provoca buena impresión, refuerza los valores diferenciales de una marca y lo mejor de todo, produce la intención de volver más a menudo a la tienda o de adquirir el producto.

Aunque parezca inverosímil la aplicación de ciertos olores a un producto determinado, hemos investigado y vemos que marcas como Mintmelon.com (una tienda online de ropa femenina), envía sus productos impregnados con un aroma de melón y menta que da significado a su marca y que provoca un sentimiento de fidelización por parte de su target.

Lo que más nos gusta de todo, es que se pueden aplicar en muchos sectores de infinitas formas creativas. Sectores como la cosmética, el calzado, la ropa y la restauración, entre otros, pueden tener su propia fragancia.

Y es que ¿acaso no sería fantástico encontrar un bar con olor a mojito o una tienda de artesanía con olor a miel?

Una nueva estrategia - Marketing Olfativo
¿A quién no le gusta comprar un coche y disfrutar del olor a nuevo? ¿Quién puede evitar oler el Play Doh y no remontarse a la infancia? ¿Cuántas veces el olor de las palomitas en el cine nos ha incitado a la compra?
De acuerdo a la empresa Aromarketing España, el Marketing Olfativo es “una ciencia moderna consistente en utilizar aromas específicos en un entorno de negocio con el fin de suscitar las emociones, y con ello influir sobre los comportamientos del consumidor y el ánimo de los empleados.”
El olfato es el sentido con más memoria, evoca recuerdos, conecta directamente con las emociones, y para efectos de marketing puede ser en ocasiones más poderoso que el sentido de la vista.
Los logotipos, según Martin Lindstrom pueden llegar a ser mucho más eficaces y más memorables cuando van de la mano con estímulos para otros sentidos como el oído y el olfato.
“Las compañías han comenzado a descubrir que para lograr nuestro total compromiso emocional, no deben abrumarnos con logotipos sino bombardear fragancias en nuestras narices y música en nuestros oídos”
De ahí que marcas como Abercrombie, Starbucks, The Body Shop, British Airways, Disney, Victoria´s Secret, entre otras, hayan apostado por el Aromarketing.
De acuerdo a Lindstrom algunos otros ejemplos podrían ser:
-Los frascos de Nescafé se han diseñado de manera cuidadosa para que al abrirse liberen la mayor cantidad de olor a café posible.
-Los pañuelos faciales Puffs (de Procter & Gamble) están aromatizados con la fragancia de Vick VapoRub para lograr conectar a las personas con la infancia especialmente con el cuidado de mamá.
-La vainilla presente en la leche materna es uno de los olores más populares en los Estados Unidos, razón por la que Coca Cola lanzó al mercado el sabor vainilla y cereza negra para su bebida.
-Las panaderías en los supermercados que evocan la sensación de hogar y calor familiar, lo cuál nos lleva a consumir productos dirigidos por la emoción, y según estudios el olor a pan recién horneado incrementa las ventas de pan, mantequilla y jamón.
Cabe mencionar que los olores se perciben de distinta manera dependiendo de la raza, la cultura, la edad, el género, etc. En términos generales los olores cítricos producen agradables sensaciones e invitan al consumo, el olor a piel, madera y tabaco es preferido por los hombres y puede aumentar las ventas de ciertos productos, las nuevas generaciones están más acostumbradas a los olores sintéticos (talco, plumones, crayolas) y las generaciones anteriores (<1930) a los olores naturales como el de pasto recién cortado, leña, flores,caballos etc.
Por último y no por menos interesante, en su libro ”Lovemarks” Kevin Roberts cuenta la anécdota de una amiga que intentaba vender su casa y durante un largo período no lo había logrado , por lo que contrato nuevos agentes inmobiliarios los cuáles le sugirieron hornear galletas justo antes de que la gente viniera a conocer la casa en venta. El efecto fue inmediato y la casa se vendió a los primeros visitantes. La asociación del olor a galleta, hizo de una casa en venta, un hogar.
Al parecer muchas marcas y establecimientos todavía subestiman la influencia del papel de los olores en la recordación de sus productos y lugares de venta, que sin lugar a duda podría lograr una ventaja competitiva en sus productos, mejorar la experiencia y la actitud de compra, mejorar la percepción del consumidor hacia la marca e incrementar la atracción de los clientes.
Y es que, bien lo dice Lindstrom, el consumidor puede taparse los ojos y los oídos, dejar de tocar y rechazar un sabor, pero el olor es parte del aire que respira. Es el único sentido que no se puede “apagar”.
¿Cuál es el sonido perfecto de una aspiradora? ¿Por qué una habitación de hotel huele como las montañas de Suiza? ¿Y por qué de repente la compra de automóviles caros de color blanco asciende? Los expertos del marketing se fijan cada vez más en nuestros comportamientos subconscientes, sobre todo en tiempos de crisis, para influir en nuestras decisiones de compra. Mientras tanto, los centros comerciales ocupan cada vez más espacio en el planeta y atraen a un mayor número de fieles del consumo.

“¿Por qué compramos?”

La Noche Temática inicia su emisión con el documental “¿Por qué compramos?”, una producción alemana de 2009 dirigida por Jan Tenhaven, de 52 minutos de duración y producida por NDR, que hace el seguimiento a tres expertos de los sentidos que nos muestran el mundo a través de sus colores, sonidos y fragancias.
Dado que a la hora de comprar nos dejamos influir por los sentidos, marcas de renombre internacional contratan a expertos de los sentidos para desarrollar el color, el sonido y la fragancia de los productos que finalmente compramos.
La cadena hotelera internacional Swissôtel tiene un problema. Hay demasiados hoteles en la capital alemana. Y todos tienen buenas camas. Hay que seducir al cliente sin decir una sola palabra. Swissôtel contrata a una experta con un olfato muy especial: Sissel Tolaas, licenciada en química, profesora en Harvard, artista y diseñadora de fragancias. Ella es la encargada de crear el olor del Hotel. La noruega afincada en Berlín quiere usar aromas para expresar lo que los expertos en publicidad normalmente articulan con palabras e imágenes. Sissel Tolaas se pasará los próximos seis meses trabajando en el nuevo aroma del hotel. Lo que a primera vista puede parecer extraño en el fondo tiene un objetivo nada desdeñable: se trata de conseguir dinero, de atraer al mayor número posible de huéspedes nuevos y de hacer que los habituales deseen volver.
Hoy en día, los consumidores lo tenemos difícil a la hora de elegir porque los productos son cada vez más parecidos, de ahí que los seductores ocultos o marketing sutilesté dirigido a nuestros sentidos, al tacto, a la vista, al olfato y al oído.

abercrinbie

















Según un estudio de la Universidad de Rockefeller el ser humano recuerda el 5% de lo que ve, el 2% de lo que oye, el 1% de lo que toca, contra un 35% de lo que huele.
Además, dicen que el olfato es el sentido más desarrollado al nacer y que la nariz distingue entre más de 10.000 aromas diferentes. Con semejante virtud a nuestras espaldas, o mejor dicho en nuestras narices, no es de extrañar que muchas compañías hayan destinado tiempo, dinero y esfuerzo en captar nuestra atención a través de dicho sentido.
Y como los de Marketing todo lo tenemos que bautizar, de ese concepto surge la denominación de Marketing sensorial; aunque en este artículo haré especial mención al Marketing aromático o también llamado marketing olfativo.
Cadenas hoteleras, tiendas de moda e incluso entidades bancarias, han optado por esta sutil manera de conectar con nuestras emociones y de anclar nuestros recuerdos, ya que, recordemos, que la parte del cerebro responsable de las emociones y la memoria, es también la responsable de activar nuestro sentido del olfato.
Y entrar en una de sus tiendas supone un despertar de los sentidos: el de la visión, a través de dependientes que quitan el hipo, el de la audición, mediante una música que recrea el ambiente de una discoteca, y el del olfato, gracias a la fragancia Fierce, creado ad hoc para Abercrombie, todo ello concebido para que la visita a cualquiera de sus tiendas, se convierta en una brand experience que genere conversación y viralidad. Personalmente, fui “presa” de la seducción del sentido del olfato que tan bien ha potenciado la marca, cuando visité su tienda londinense hace aproximadamente dos años, y cierto tiempo después, tras cruzarme con un fugaz aroma que se me hizo familiar, repentinamente, asomaron recuerdos que me trasladaron por unos segundos a aquella tienda. Desconozco todavía si eso me hará repetir la compra o me hará más afín a la marca, pero lo que sí que puedo afirmar, es que recordé la experiencia varios meses después, a 1200 kilómetros y sin haber advertido impacto publicitario alguno. como curiosidad, y tras descubrir varios grupos creados en Facebook con nombres como
Todo esto me ha hecho recordar la introducción del Marketing sensorial en las entidades bancarias, sector que, al menos a priori, resulta menos proclive a cierto tipo de experimentos. Los inicios de esa incursión en el mundo de los sentidos, surgió del afán de las entidades bancarias por fomentar la cercanía banquero-cliente, renovando el concepto de sucursales, haciéndolas más abiertas, de aspecto menos duro y donde la fría barrera entre el banco y el cliente apenas era percibida. A eso, se sumaron importantes campañas publicitarias donde se reforzaba ese mismo concepto. Hasta aquí, nada realmente sorprendente más que la propia necesidad de reinventarse pero, hace aproximadamente tres años, Bankinter se subió al tren del marketing aromático, creando su propia fragancia y convirtiéndose, por lo tanto,  en la primera entidad en registrar una esencia ( por cierto huele a naranja con un toque de jazmín) y en utilizarla en su estrategia comunicativa.
A pesar de las magnificencias aquí descritas sobre el Marketing sensorial, no olvidemos que el riesgo que entrañan este tipo de acciones son de la misma envergadura que las que conllevan las acciones tradicionales, así que no estamos ante la panacea de la conexión marca-consumidor, simplemente se trata, como en tantas otras ocasiones  de esa sabia mezcla de esfuerzo y buen hacer, sazonado todo ello con una pizca de suerte.

AROMATIZE SU NEGOCIO

Las empresas cada vez estan mas preocupadas por desarrollar estrategias que realmente impacten al público objetivo. El Sense Marketing o marketing sensorialconsiste en técnicas centradas en provocar en el usuario una experiencia única percibida a través de los sentidos  que le mueva a consumir productos o a incrementar el conocimiento de una marca, por lo que los cinco sentidos olfato, vista, tacto, oido y gusto pueden determinar definir un comportamiento de compra.

Sin embargo toda la estrategia  deberá estar integrada para que tenga éxito, por ejemplo si se desarrolla un sense marketing en una agencia de autos, el olor deberá ser acorde con los colores y la musica que se decidan utilizar, todo ésto analizando los gustos y caracteristicas del mercado objetivo; es muy importante la integración sensorial, de lo contrario los efectos en la audiencia pueden ser contraproducentes, ya que  puede crear confusión y lejos de mejorar la percepción tendría resultados negativos, un antimarketing.
Fragancias que seducen los sentidos
Imagina que con el cambio de temporada te das cuenta de que necesitas unos zapatos. Vas a una tienda de calzado y lo primero que percibes al entrar no es la música o los productos. Es el olor. Un aroma dulce que te recuerda a fresas. Una fragancia que te indica la llegada de la primavera. No compras nada, pero vuelves a la siguiente semana, porque te acuerdas de “esta tienda que olía tan bien y que tenía zapatos muy bonitos”. Esto es un ejemplo de lo que se puede conseguir con el marketing olfativo.

Definimos este nuevo concepto como un tipo de marketing en el que los olores son los protagonistas.
El olfato es uno de los sentidos que más influyen en nuestro estado de ánimo. Por ello, algunas marcas ya están apostando por la introducción de aromas determinados en sus productos o establecimientos, que aporten un valor añadido.

De esta forma, la fragancia sorprende al consumidor, provoca buena impresión, refuerza los valores diferenciales de una marca y lo mejor de todo, produce la intención de volver más a menudo a la tienda o de adquirir el producto.

Aunque parezca inverosímil la aplicación de ciertos olores a un producto determinado, hemos investigado y vemos que marcas como Mintmelon.com (una tienda online de ropa femenina), envía sus productos impregnados con un aroma de melón y menta que da significado a su marca y que provoca un sentimiento de fidelización por parte de su target.

Lo que más nos gusta de todo, es que se pueden aplicar en muchos sectores de infinitas formas creativas. Sectores como la cosmética, el calzado, la ropa y la restauración, entre otros, pueden tener su propia fragancia.

Y es que ¿acaso no sería fantástico encontrar un bar con olor a mojito o una tienda de artesanía con olor a miel?

Una nueva estrategia - Marketing Olfativo
¿A quién no le gusta comprar un coche y disfrutar del olor a nuevo? ¿Quién puede evitar oler el Play Doh y no remontarse a la infancia? ¿Cuántas veces el olor de las palomitas en el cine nos ha incitado a la compra?
De acuerdo a la empresa Aromarketing España, el Marketing Olfativo es “una ciencia moderna consistente en utilizar aromas específicos en un entorno de negocio con el fin de suscitar las emociones, y con ello influir sobre los comportamientos del consumidor y el ánimo de los empleados.”
El olfato es el sentido con más memoria, evoca recuerdos, conecta directamente con las emociones, y para efectos de marketing puede ser en ocasiones más poderoso que el sentido de la vista.
Los logotipos, según Martin Lindstrom pueden llegar a ser mucho más eficaces y más memorables cuando van de la mano con estímulos para otros sentidos como el oído y el olfato.
“Las compañías han comenzado a descubrir que para lograr nuestro total compromiso emocional, no deben abrumarnos con logotipos sino bombardear fragancias en nuestras narices y música en nuestros oídos”
De ahí que marcas como Abercrombie, Starbucks, The Body Shop, British Airways, Disney, Victoria´s Secret, entre otras, hayan apostado por el Aromarketing.
De acuerdo a Lindstrom algunos otros ejemplos podrían ser:
-Los frascos de Nescafé se han diseñado de manera cuidadosa para que al abrirse liberen la mayor cantidad de olor a café posible.
-Los pañuelos faciales Puffs (de Procter & Gamble) están aromatizados con la fragancia de Vick VapoRub para lograr conectar a las personas con la infancia especialmente con el cuidado de mamá.
-La vainilla presente en la leche materna es uno de los olores más populares en los Estados Unidos, razón por la que Coca Cola lanzó al mercado el sabor vainilla y cereza negra para su bebida.
-Las panaderías en los supermercados que evocan la sensación de hogar y calor familiar, lo cuál nos lleva a consumir productos dirigidos por la emoción, y según estudios el olor a pan recién horneado incrementa las ventas de pan, mantequilla y jamón.
Cabe mencionar que los olores se perciben de distinta manera dependiendo de la raza, la cultura, la edad, el género, etc. En términos generales los olores cítricos producen agradables sensaciones e invitan al consumo, el olor a piel, madera y tabaco es preferido por los hombres y puede aumentar las ventas de ciertos productos, las nuevas generaciones están más acostumbradas a los olores sintéticos (talco, plumones, crayolas) y las generaciones anteriores (<1930) a los olores naturales como el de pasto recién cortado, leña, flores,caballos etc.
Por último y no por menos interesante, en su libro ”Lovemarks” Kevin Roberts cuenta la anécdota de una amiga que intentaba vender su casa y durante un largo período no lo había logrado , por lo que contrato nuevos agentes inmobiliarios los cuáles le sugirieron hornear galletas justo antes de que la gente viniera a conocer la casa en venta. El efecto fue inmediato y la casa se vendió a los primeros visitantes. La asociación del olor a galleta, hizo de una casa en venta, un hogar.
Al parecer muchas marcas y establecimientos todavía subestiman la influencia del papel de los olores en la recordación de sus productos y lugares de venta, que sin lugar a duda podría lograr una ventaja competitiva en sus productos, mejorar la experiencia y la actitud de compra, mejorar la percepción del consumidor hacia la marca e incrementar la atracción de los clientes.
Y es que, bien lo dice Lindstrom, el consumidor puede taparse los ojos y los oídos, dejar de tocar y rechazar un sabor, pero el olor es parte del aire que respira. Es el único sentido que no se puede “apagar”.
¿Cuál es el sonido perfecto de una aspiradora? ¿Por qué una habitación de hotel huele como las montañas de Suiza? ¿Y por qué de repente la compra de automóviles caros de color blanco asciende? Los expertos del marketing se fijan cada vez más en nuestros comportamientos subconscientes, sobre todo en tiempos de crisis, para influir en nuestras decisiones de compra. Mientras tanto, los centros comerciales ocupan cada vez más espacio en el planeta y atraen a un mayor número de fieles del consumo.

“¿Por qué compramos?”

La Noche Temática inicia su emisión con el documental “¿Por qué compramos?”, una producción alemana de 2009 dirigida por Jan Tenhaven, de 52 minutos de duración y producida por NDR, que hace el seguimiento a tres expertos de los sentidos que nos muestran el mundo a través de sus colores, sonidos y fragancias.
Dado que a la hora de comprar nos dejamos influir por los sentidos, marcas de renombre internacional contratan a expertos de los sentidos para desarrollar el color, el sonido y la fragancia de los productos que finalmente compramos.
La cadena hotelera internacional Swissôtel tiene un problema. Hay demasiados hoteles en la capital alemana. Y todos tienen buenas camas. Hay que seducir al cliente sin decir una sola palabra. Swissôtel contrata a una experta con un olfato muy especial: Sissel Tolaas, licenciada en química, profesora en Harvard, artista y diseñadora de fragancias. Ella es la encargada de crear el olor del Hotel. La noruega afincada en Berlín quiere usar aromas para expresar lo que los expertos en publicidad normalmente articulan con palabras e imágenes. Sissel Tolaas se pasará los próximos seis meses trabajando en el nuevo aroma del hotel. Lo que a primera vista puede parecer extraño en el fondo tiene un objetivo nada desdeñable: se trata de conseguir dinero, de atraer al mayor número posible de huéspedes nuevos y de hacer que los habituales deseen volver.
Hoy en día, los consumidores lo tenemos difícil a la hora de elegir porque los productos son cada vez más parecidos, de ahí que los seductores ocultos o marketing sutilesté dirigido a nuestros sentidos, al tacto, a la vista, al olfato y al oído.

abercrinbie

















Según un estudio de la Universidad de Rockefeller el ser humano recuerda el 5% de lo que ve, el 2% de lo que oye, el 1% de lo que toca, contra un 35% de lo que huele.
Además, dicen que el olfato es el sentido más desarrollado al nacer y que la nariz distingue entre más de 10.000 aromas diferentes. Con semejante virtud a nuestras espaldas, o mejor dicho en nuestras narices, no es de extrañar que muchas compañías hayan destinado tiempo, dinero y esfuerzo en captar nuestra atención a través de dicho sentido.
Y como los de Marketing todo lo tenemos que bautizar, de ese concepto surge la denominación de Marketing sensorial; aunque en este artículo haré especial mención al Marketing aromático o también llamado marketing olfativo.
Cadenas hoteleras, tiendas de moda e incluso entidades bancarias, han optado por esta sutil manera de conectar con nuestras emociones y de anclar nuestros recuerdos, ya que, recordemos, que la parte del cerebro responsable de las emociones y la memoria, es también la responsable de activar nuestro sentido del olfato.
Y entrar en una de sus tiendas supone un despertar de los sentidos: el de la visión, a través de dependientes que quitan el hipo, el de la audición, mediante una música que recrea el ambiente de una discoteca, y el del olfato, gracias a la fragancia Fierce, creado ad hoc para Abercrombie, todo ello concebido para que la visita a cualquiera de sus tiendas, se convierta en una brand experience que genere conversación y viralidad. Personalmente, fui “presa” de la seducción del sentido del olfato que tan bien ha potenciado la marca, cuando visité su tienda londinense hace aproximadamente dos años, y cierto tiempo después, tras cruzarme con un fugaz aroma que se me hizo familiar, repentinamente, asomaron recuerdos que me trasladaron por unos segundos a aquella tienda. Desconozco todavía si eso me hará repetir la compra o me hará más afín a la marca, pero lo que sí que puedo afirmar, es que recordé la experiencia varios meses después, a 1200 kilómetros y sin haber advertido impacto publicitario alguno. como curiosidad, y tras descubrir varios grupos creados en Facebook con nombres como
Todo esto me ha hecho recordar la introducción del Marketing sensorial en las entidades bancarias, sector que, al menos a priori, resulta menos proclive a cierto tipo de experimentos. Los inicios de esa incursión en el mundo de los sentidos, surgió del afán de las entidades bancarias por fomentar la cercanía banquero-cliente, renovando el concepto de sucursales, haciéndolas más abiertas, de aspecto menos duro y donde la fría barrera entre el banco y el cliente apenas era percibida. A eso, se sumaron importantes campañas publicitarias donde se reforzaba ese mismo concepto. Hasta aquí, nada realmente sorprendente más que la propia necesidad de reinventarse pero, hace aproximadamente tres años, Bankinter se subió al tren del marketing aromático, creando su propia fragancia y convirtiéndose, por lo tanto,  en la primera entidad en registrar una esencia ( por cierto huele a naranja con un toque de jazmín) y en utilizarla en su estrategia comunicativa.
A pesar de las magnificencias aquí descritas sobre el Marketing sensorial, no olvidemos que el riesgo que entrañan este tipo de acciones son de la misma envergadura que las que conllevan las acciones tradicionales, así que no estamos ante la panacea de la conexión marca-consumidor, simplemente se trata, como en tantas otras ocasiones  de esa sabia mezcla de esfuerzo y buen hacer, sazonado todo ello con una pizca de suerte.